Por Ramón González Barbet

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            En un cambio de administración podemos ganar mucho terreno o simplemente retroceder, como es el caso que actualmente se está viviendo en la Federación Mexicana de Charrería (FMCH), y digo esto, porque los Torneos Oficiales cuentan con la visión del dirigente en turno, para servir o para servirse de la Institución, refiriéndome a los Campeonatos Estatales, que reúnen a lo más competitivo, y al mismo Congreso y Campeonato Nacional Charro, donde acude lo más selecto de nuestro Deporte Nacional de todo el Territorio Charro.

Los Congresos y Campeonatos Nacionales fueron sacados de la mediocridad administrativa a partir del cuatrienio del entonces Presidente Jaime Castruita Padilla (2008 – 2012), donde por primera vez se tomó en cuenta la propiedad de los eventos oficiales, así como el trabajo conjunto con los Gobiernos Estatales, y además, aunado a la garantía económica del evento para el fortalecimiento y beneficio de esta Federación. Esta situación se ha manejado unas veces bien, otra vez regular y otra en pésimas condiciones porque a veces toman medidas abusivas y a conveniencia, medida que ha sido aceptada en algunos casos; ahora acabamos de vivir la ultima edición de Aguascalientes 2021, donde el Gobierno Estatal proporcionó un recinto ferial de ultima generación, otorgando todas las comodidades, facilidades y necesidades técnicas para el buen desarrollo de este Evento Nacional, sin embargo, las exigencias por parte del actual Consejo Directivo de la Federación Mexicana de Charrería (FMCH) superaron al Cuaderno de Compromisos de esta 77 edición, viéndose un abuso y una desagradable chamaqueada hacia el Gobernador Hidrocálido, “El camino al infierno está lleno de buenas intenciones”, reza un viejo refrán.

Si estas situaciones continúan, desde ahora estarán matando a ”La Gallina de los Huevos de Oro de la Charrería Federada”, ojalá no pase lo mismo en Zacatecas 2022, por eso es importante que el Gobierno del Estado y sus asesores analicen muy bien el Cuaderno de Compromisos, mismo que tengo entendido ya está en su poder; cierto es que la derrama económica es importante, pero la difusión cuantitativa y cualitativa, también manejan un rubro significativo y sustancial.

La administración pasada de Lito Dávila, tuvo varios logros que la Charrería Federada disfrutó y gozó durante 4 años, como exentar la cuota de inscripción en los Campeonatos Estatales, cuota que  ahora si se está cobrando a razón de 3 mil 500 pesos por equipo, sin contar el alquiler de sus yaguas y toros, que hacen una suma de dinero importante en tiempos de pandemia sanitaria y recesión económica, así como también los honorarios de Jueces, Locutores y Comisión Deportiva, gatos que ahora también serán aportados por los participantes, y para asistir al Campeonato Nacional, anteriormente se otorgaban apoyos económicos a competidores, y ya ni decir nada de los premios a los Campeones, ya que Jaime Castruita dio carros y camionetas, Miguel Pascual (2012 – 2016) igual Carros y Camionetas,  Lito Dávila (2016 – 2020) importantes aportaciones en efectivo de manera equitativa, y ahora, Toño Salcedo dio hermosas estatuillas con “inapreciable” valor sentimental.

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Si ahora no se está procurando ni apoyando a los equipos que practican en este deporte, entonces para qué está esta Federación, ¿Para exprimirla?, ¿Para valerse de ella? o ¿Para beneficiar a algunos cuantos? Ahora, los equipos charros, escaramuzas y militantes en general, están omisos, sumisos y rebasados, lo peor del caso es que ¡No hay quien diga nada!, ¿Y la CONADE Apa?