Por Ramón González Barbet

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            Con gran éxito terminaron los festejos del “101 Aniversario de la Asociación Nacional de Charros”, “La decana de la Charrería en México”, Aniversario que fue muy especial, quedando para el registro y la historia por el extraordinario esfuerzo realizado, ya que después de un año de pandemia, se retomaron las actividades sociales y deportivas con el entusiasmo de los primeros meses de gestión de su Consejo Directivo, encabezado por Horacio López Flores.

            La Nacional ha soportado y trascendido a través de las diferentes crisis, porque el Presidente en turno se ha preocupado por tener al día la Escuela de Charrería de la Asociación, que incentiva los valores esenciales, desde el respeto a nuestro Símbolos Patrios, hasta el portar apropiadamente la vestimenta charra, así como cada una de las suertes de una faena que incluyen el Floreo de Soga, y en forma muy especial, los diferentes bailables mexicanos y el Jarabe Tapatío que se acostumbra al término de cada evento. Con este fin, cada Presidente nombra a la Comisión de su Escuela de Charrería y a un Directivo, encargados de fomentar cada uno de estos valores.

            Desde que La Nacional creó la escaramuza charra, en 1953, se tomó la acertada medida de poner instructores para los nuevos valores como Luis Ortega, quien fue un gran charro, trascendiendo como un gran instructor de la primera escaramuza, posteriormente Don Rafael Ramos, otro de los grandes maestros; Carlos Ortega, Alejandro Álvarez, Martín Días, Ignacio “La Güera” Rodríguez, el inolvidable Profe Zamudio, Carlos Jiménez Pichardo, maestro de floreo y gran cronista de la charrería, y en los bailables, Lichita Salazar; cada uno de ellos, son instructores o maestros que han formado a varias generaciones, anteponiendo el amor y el respeto a nuestra historia y a nuestro Deporte Nacional.

            Hoy día la responsabilidad del manejo de la Escuela de Charrería recae en Gabriel Morett, Francisco Romero y Salvador Pérez Presbítero, quienes son respaldados por los instructores de floreo Francisco Juárez y Cruz Jiménez, y en la parte musical, Rosenda García.

            Este grupo de personas tienen como cuna a la Nacional, es por eso que trabajan para que la charrería continúe de generación en generación, así que, por toda esta estructura, por todo este desempeño, La Nacional es y seguirá siendo una de las Asociaciones más trascendentes e importantes de nuestro Deporte Nacional.