Por Ramón González Barbet

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Desde el año pasado que inició la pandemia, en varias ocasiones he mencionado que este  virus letal vino a cambiar la vida de todos los seres humanos a nivel mundial, pero conforme han ido pasando los días, las semanas, los meses y ahora hasta casi el año, hemos tenido que adoptar nuevas formas de sobrevivir y convivir de la maño del Coronavirus; este factor ha sido en cada uno de los eventos, tal es el caso de los conciertos que se han manejado de manera virtual, al igual que las obras de teatro, y en cuanto a los deportivos, el futbol profesional comenzó a jugarse completamente a puerta cerrada, donde no se veía ni un alma en el graderío y el Super Bowl, que es el evento más reciente que hemos vivido, supuestamente solo contó con un 30% de acceso de aficionados.

El deporte de la charrería también ha tenido una gran modificación en su manera de practicarlo, por lo que el año pasado en su mayoría se jugaron los Campeonatos Estatales aparentemente a puerta cerrada y lo más apegado posible a las medidas sanitarias, sin embargo, un gran número de amigos charros cayeron en el campo de guerra, al contagiarse durante una charreada y desafortunadamente perdiendo la vida, exponiendo a sus familias al contagio, y todo por la irresponsabilidad de no utilizar el cubrebocas, no tomar la sana distancia, e inclusive se sabe de algunos charros de renombre acudieron a competir siendo asintomáticos y sabiendo que estaban positivos ante el coronavirus.

Esta es la principal problemática que existe en este deporte, quizá una manera de controlar la propagación, es tomar medidas más drásticas como en los aeropuertos, que los participantes presenten un comprobante digital o impreso de la prueba viral de COVID-19 negativa, realizada dentro de los 3 días previos a su participación y si vienen de una recuperación en los últimos 3 meses, que presenten su prueba en la que dieron positivo, además de una carta de un médico certificado o del sector público, donde se indique la recuperación y que está autorizado para participar deportivamente en un evento. Por lo que respecta al público aficionado, que el acceso sea al 30% de la capacidad del lienzo, con sana distancia, el uso de cubrebocas y careta obligatorio y que por el momento se exente el consumo de alimentos y bebidas dentro del lienzo. Este ultimo punto sería un tema bastante polémico, ya que, en los eventos, sobre todo en los particulares, esta venta es la que más ingreso les genera.

Nos encontramos en el pico más alto y casi permanente de la pandemia, por lo que, a decir verdad, lo que hace falta es liderazgo y responsabilidad por parte del Presidente de la Federación Mexicana de Charrería, José Antonio Salcedo López, quien está más preocupado y ocupado en la modificación de un Reglamento Deportivo, que en un Protocolo Sanitario efectivo. Así que lo único que podemos hacer por iniciativa propia, es cuidarnos, ser responsables y cumplir al extremo con las medidas sanitarias.

Pie de Foto: Urge imponer medidas sanitarias para eventos charros