Por Ramón González Barbet

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Tomando en cuenta la situación crítica mundial creada por el Coronavirus, nuestro Territorio Nacional ha sido altamente letal y especialmente en el Estado de Guerrero, entidad que también se ha visto rebasada en el Sector Salud, con base a los contagios que se han dado abiertamente en Acapulco, debido a los puentes vacacionales y ahora existe la gran probabilidad de que se reinicie una nueva ola, ya que se avecina las próximas vacaciones de Semana Santa.

En Guerrero también se viven tiempos de cambio con el inicio de las Campañas Políticas de los diferentes candidatos, tiempos de cambio que estarán presentes en el ámbito turístico, que es el sector más importante para Guerrero por la derrama económica que genera como destino turístico y como destino de playa de la Bahía más bella de México.

Sin duda alguna urgen cambios de fondo en la Dirección Turística del Estado que marque nuevos contenidos, así como un innovador sistema operativo con las herramientas de trabajo de hoy día, y sobre todo, eliminar a los operadores turísticos enquistados en la Secretaría de Turismo de ese Estado, fósiles depredadores que toda una vida se han servido del presupuesto sin que jamás hayan aportado algo positivo, entre ellos el Subsecretario de Turismo Jesús Radilla, quien se ha visto envuelto en todo tipo de escándalos y que ahí sigue tan fresco como una lechuga.

Ahora se necesitan cambios de fondo que se pueden hacer sin problema alguno, ya que se cuenta con verdaderos especialistas en la materia que pueden hacer mucho por Acapulco, entre ellos existen Licenciados y Doctores en Turismo, quienes pueden dar un giro de 180 grados en la nueva visión para el Estado de Guerrero, por lo que es importante que el nuevo Secretario de Turismo no sea un elemento improvisado.