Por Ramón González Barbet

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Cuando tomó posesión el Gobierno Federal 2018-2024, había una gran expectativa generalizada, pero muy especialmente en el Sector Turístico, ya que el actual Secretario Miguel Torruco Márquez, venía de dirigir la Secretaría de Turismo de la Ciudad de México, y además, de un excelente acercamiento con el recién formado Gobierno Federal, pero desafortunadamente, el “Gozo se fue al Pozo”, porque desde el inicio de esta nueva administración se cancelaron programas y oficinas especializadas en promover a México en todas sus facetas, quedando en estas mismas condiciones la Secretaría de Turismo Federal, y con ello el titular Torruco Márquez, simple y sencillamente quedó como un lindo florero, como un simple adorno que obviamente no puede, y no sirve, para promover lo que es nuestro país en cada uno de sus Centros Turísticos.

Esta situación ha pasado a manos, y bajo la responsabilidad, de los empresarios de este sector que día a día buscan de manera particular y afanosamente las diferentes opciones para promover a su Estado y con ello a sus empresas que dan vida y recursos a su entidad.

En estas mismas condiciones se encuentra Acapulco, ya que sus Empresas Turísticas, y en especial el Sector Hotelero, bajo su cuenta y riesgo promueve al Estado y con ello sus diferentes paquetes turísticos, generando al Estado de Guerrero más del 70% de los ingresos de toda la entidad. Acapulco como destino de playa cuenta con una hotelería con capacidad para todos los bolsillos, desde la Zona Tradicional, hasta la Zona Centro, la Dorada y la Diamante, y todos sin excepción, pagan sus impuestos correspondientes y además forman parte de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco (AHETA), sin embargo, todo indica que la hotelería pequeña y mediana la han dejado fuera de toda promoción, ya que ni el Gobierno Estatal, ni su correspondiente Secretaría de Turismo, han hecho una promoción específica, pues únicamente han creado campañas para promocionar la Zona Diamante; si bien es cierto, esta Zona cuenta con hoteles de Gran Turismo y una gran variedad de Plazas y Zonas Comerciales, pero es indignante, deshonesto y ofensivo dejar en el olvido o ignorar a quienes representan la hotelería que durante años le ha dado prestigio, reconocimiento y fama a la Bahía de Santa Lucía, no tomando en cuenta que son parte importante para el Turismo Nacional y en especial para la Ciudad de México y su Área Conurbada, así que es injusto que con los impuestos para la promoción turística que ellos pagan, se haga promoción únicamente para la Zona Diamante.